domingo, 3 de diciembre de 2017

ANUNCIO DE ADVIENTO 2017


 
Sor Carmen Herrero
 
Adviento, ¡ya ha llegando! la espera y esperanza se visten de fiesta, de júbilo y alégrese para recibir Aquel que viene, el anunciado por los Profetas, el esperado de los pueblos, el Príncipe de la paz.

Un niño nace, un niño se nos ha dado, y él nos trae una vida nueva. Él es la justicia y el derecho; el árbitro de las naciones, consejero, príncipe de la paz.

Las gentes, alegres y jubilosas salen a su encuentro, otean el horizonte lleno de promesas, de esperanza y consolación.

Grandes y chicos se visten de fiesta, ataviados como una joven doncella, con sus mejores galas; se pasean por las calles con la belleza más digna y noble de quienes salen al encuentro de Aquel que, desde antaño esperan.

El traje más lindo y bello que visten es la espera paciente, enjoyados con la perla de la ESPERANZA. Esta joya que desde tiempos remotos los hijos de Israel la custodian y la aman, como a la hija predilecta salida de sus entrañas.

Los trajes de gala, de estas gentes, están formados por sus grandes deseos de ver a Aquel que los profetas anuncian después de siglos; y que ya está cerca, ya está llegando; al horizonte se percibe la estrella iluminando el camino que lleva al pobre portal de Belén donde el Rey de reyes, nacerá: El Emanuel, el Dios hecho hombre. ¡Misterio insondable, misterio de amor y entrega! “Dios hecho materia, para que la materia sea divinizada”[1]

Quienes queremos prepararnos, a la venida, de tan esperado y querido HUESPEZ, nos unimos a este gran cortejo de hombres, mujeres, ancianos, niños y jóvenes que representan la humanidad; dejándonos revestir de la belleza y profundidad interior que este cortejo nos transmite. Alégrate y danza de júbilo, sea cual sea tu situación y tu estado de ánimo, el Emanuel llega y viene a salvarte, a traerte la paz, el gozo y el amor.

Con este mensaje de esperanza nos disponemos a celebrar el Adviento. Tiempo de esperanzada, de gozo y alégrese en ese niño que nace y que su nombre es: Emanuel, Dios-con-nosotros.

El Adviento es un camino orante donde se va tejiendo la amistad; el Adviento es un encuentro con el Dios que sale en busca de la persona y la persona que va al encuentro con su Creador. Podemos decir que el Adviento es “ENCUENTRO” de DIOS con su creatura y de la creatura con su Dios. Haciéndose Dios hombre, eleva a la creatura a la categoría de Dios. ¡Maravilla de maravilla! ¿Quién la podrá comprender?

La poesía de San Juan de la Cruz sobre la Encarnación, puede iluminarnos este inefable misterio de Amor trinitario. Este gran místico que comprendió y vivió el misterio esponsal entre Dios y el alma.

ROMANCE SOBRE LA ENCARNACIÓN. [2]

Ya que el tiempo era llegado en que hacerse convenía
el rescate de la esposa,
que en duro yugo servía
debajo de aquella ley
que Moisés dado le había,
el Padre con amor tierno
de esta manera decía:

Ya ves, Hijo, que a tu esposa
a tu imagen hecho había,
y en lo que a ti se parece
contigo bien convenía;
pero difiere en la carne
que en tu simple ser no había.
En los amores perfectos
esta ley se requería:
que se haga semejante
el amante a quien quería;
que la mayor semejanza
más deleite contenía;
El cual, sin duda, en tu esposa
grandemente crecería
si te viere semejante
en la carne que tenía.
Mi voluntad es la tuya
justicia y sabiduría,
y la gloria que yo tengo
es tu voluntad ser mía.
Iré a buscar a mi esposa,
y sobre mí tomaría
sus fatigas y trabajos,
en que tanto padecía;
y porque ella vida tenga,
yo por ella moriría,
y sacándola del lago
a ti te la volvería.
Entonces llamó a un arcángel
que san Gabriel se decía,
y enviólo a una doncella
que se llamaba María,
de cuyo consentimiento
el misterio se hacía;
en la cual la Trinidad
de carne al Verbo vestía;
y, aunque tres hacen la obra,
en el uno se hacía;
y quedó el Verbo encarnado
en el vientre de María.
Y el que tenía solo Padre,
ya también Madre tenía,
aunque no como cualquiera
que de varón concebía,
que de las entrañas de ella
él su carne recibía;
por lo cual Hijo de Dios
y del hombre se decía.
Y quedó el Verbo encarnado

en el vientre de María.


ANTE TAL MISTERIO, LA ADORACIÓN Y CONTEMPLACIÓN ES LA MAS PROFUNDA Y PALABRA.
 
 
 



[1]. San Máximo el Confesor.
[2] Poesía de San Juan de la Cruz “Romance nº 3, del nacimiento 16, 9  Obras completas de san Juan de la Cruz) Biblioteca autores cristianos.

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